Vivimos en un mundo acelerado. Todos vamos de un lado a otro, ajetreados, como si estuviéramos en una carrera para llegar de la mañana a la noche. El desafortunado efecto secundario de esta mentalidad es que a menudo olvidamos que necesitamos un descanso para recargar las pilas —la versión adulta de la siesta— o nos agotamos y no podemos completar nuestras tareas al máximo de nuestras capacidades. Además, como los niños pequeños, podemos ponernos irritables. Dedicar tiempo a hacer algo que disfrutes sin la presión de plazos o citas agobiantes te ayudará a vivir una vida más sana y feliz, y te dará una perspectiva positiva (lo que a su vez te ayudará a encontrar soluciones a los desafíos que todos enfrentamos a diario).

Paso n.° 1: ¡Listas en todas partes!

Hazte dos preguntas muy importantes: ¿Qué hago cada día? ¿Qué QUIERO hacer cada día? Crea dos listas con esas preguntas. La mayoría de las personas que hacen este ejercicio descubrirán que sus listas no coinciden. Esto se debe a que rara vez hacemos lo que queremos: nuestras responsabilidades, ya sean familiares, profesionales u otras, tienden a monopolizar nuestro tiempo y dificultan hacer las cosas que realmente nos hacen felices. Una vez que tengas tus listas, elige dos o tres actividades que haces cada día que no te gustan o que te quitan mucho tiempo y te dan poca recompensa. Delega estas tareas a un subordinado en el trabajo, a tu cónyuge o a un amigo (dependiendo de la naturaleza de la tarea). Reemplázalas con dos o tres actividades de tu lista de "deseos".

Paso #2 – ¡Prográmalo!

Concertamos citas para otras personas: para tomar un café, dejar a nuestros hijos en el ensayo o reunirnos con un cliente para hablar de las condiciones. ¿Por qué no concertar citas para nosotros mismos? La próxima vez que planifiques tu semana, añade 30 minutos a cada día en el que estés ocupado y no estés disponible. Estos 30 minutos pueden distribuirse a lo largo del día en bloques de 5 minutos o dedicarse todos a la vez. Reservar este tiempo para ti te asegurará aprovecharlo. Sobre todo si te aseguras de que sea innegociable, lo que a menudo significa decirte a ti mismo, más que a los demás, que este tiempo es tuyo y de nadie más. Truco fácil: Si vives y trabajas en una ciudad con transporte público, úsalo en lugar de conducir. Durante el trayecto de ida y vuelta al trabajo, no te permitas pensar en tus tareas pendientes. En su lugar, escucha tu música favorita, lee un libro, haz un crucigrama o sueña despierto. Es una manera fácil de reservar tiempo para ti y, además, es ecológico.

Paso #3 – ¡Concéntrate en TI!

Este es probablemente el paso más difícil. Estamos tan abrumados por todo lo demás en nuestras vidas —el proyecto que hay que entregar mañana, las notas de un niño o sus problemas en la escuela, planificar la cena o los almuerzos— que desconectar la mente (por así decirlo) suele ser la parte más difícil de tomarse un tiempo para uno mismo. Mientras disfrutas de tu café a solas durante 10 minutos, permítete divagar y soñar despierto. Lee un libro. Haz un crucigrama. Si empiezas a sentirte culpable, guárdala en una burbuja metafórica y déjala que se aleje. Si empiezas a pensar en tu trabajo o responsabilidades, guarda esos pensamientos en una caja metafórica y ciérrala con cinta adhesiva metafórica. Puedes abrirla de nuevo cuando termine tu tiempo a solas. TE MERECES ESTE TIEMPO. Recuérdalo, ya que es cierto y muy importante. Todos merecemos un tiempo para recargar las pilas y prepararnos para el estrés de la vida. Todos y cada uno de nosotros. Así que la próxima vez que sientas que te estás agotando, tómate un momento para hacer esas listas, reprograma tu tiempo y disfruta. ¡Te alegrarás de haberlo hecho!

¿No estás seguro de qué hacer con tu tiempo “para mí”?

Hemos elaborado una lista de sugerencias para que puedas darte una oportunidad de luchar. 5 – 10 minutos
  • Disfrute de una taza de café en el porche y observe cómo pasan las nubes (deje su teléfono dentro o en su escritorio)
  • Sal a caminar (de nuevo, deja el teléfono atrás)
  • Acurrúcate con tu mascota, tu hijo o tu cónyuge.
  • Pon algo de música y cierra los ojos.
  • Ensueño
15 – 30 minutos
  • Leer
  • Meditar
  • Chatea con un amigo: no necesitas un propósito para chatear, solo habla de TI o incluso solo por el hecho de hablar.
  • Haz el crucigrama
  • Hacer cosas que te gustan en casa (no tareas del hogar)
30 – 60 minutos
  • Vaya al spa para un masaje, un tratamiento facial o una manicura y pedicura.
  • Disfrute de un baño de lujo
  • Sestear
  • Asiste a una clase sólo por diversión: ¡dibujo, improvisación, bordado, lo que sea!
  • Da un largo paseo (¡deja el teléfono atrás!)
  • Lee un buen libro.
  • Visite un museo, vea una obra de teatro, mire una película o asista a una exposición de arte.

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