En una cabaña, en lo profundo del bosque, la nieve cae sobre el tejado sin ruido. De hecho, no se oye ningún sonido. Los árboles recogen en silencio los copos blancos y brillantes que caen del cielo. El mundo es un lugar tranquilo y sereno. La naturaleza nos ofrece un refugio del estrés diario de esto que llamamos vida. Nos conectamos con la armonía de la naturaleza y nos adentramos en su delicado equilibrio. Aquí, en la cabaña, en lo profundo del bosque, no somos parte de nada más que del calor del fuego y la nieve que cae con cada copo de nieve único. Cae la noche y vemos los árboles brillar con los últimos rayos del día.

Dentro de la cabaña, los aromas a regaliz negro, cítricos ácidos y cálidas notas amaderadas evocan la época en que empezamos a visitarla. Bayas de enebro, pomelo, hinojo dulce, limón, ciprés y geranio nos traen la sensación regeneradora que sentimos hace años cuando la visitamos en nuestra juventud. Aunque uno se siente tranquilo, puede sentir cómo su cuerpo comienza a desintoxicarse, a revitalizarse y a relajarse. Uno se siente aliviado y su mente se despeja. Su alma ha encontrado su lugar de paz en la cabaña, en lo profundo del bosque.

El difusor de aceites esenciales de aromaterapia ZAQ Galaxy se refleja en la ventana, proyectando luz sobre las suaves paredes blancas, mientras el sol culmina el día y nos deja con su sereno propósito, permitiéndonos alcanzar un estado de total integración con nuestro mundo de paz y amor. Podemos escuchar el arroyo cerca de la cabaña. Su ligero hilillo de agua es relajante. Nuestro estrés sigue el curso de la corriente y se lleva todo lo que aflige nuestro cuerpo y mente. Ya no formamos parte de nada que no sea alegría y calma. Al respirar, podemos sentir la dulzura del hinojo y el limón que nos libera para disfrutar de nuestro tiempo en la cabaña. El pomelo, el ciprés y las bayas de enebro llenan nuestra mente con cálidos recuerdos de nuestra familia y amigos mientras la ligera bruma del difusor suspende nuestras preocupaciones y miedos de un tiempo que ya no nos pertenece. Hemos dejado ir. La profunda fuerza del regaliz negro nos transporta a una infancia llena de confianza. Estamos rodeados de una sensación regenerativa de que todo está bien en el mundo en nuestra cabaña, en lo profundo, en lo profundo del bosque.

En una cabaña, en lo profundo del bosque, este mundo es nuestro, y solo nuestro. Respirando profundamente, nos sentimos serenos, seguros, y el tiempo ha perdido todo impulso. Estamos completamente regenerados y en paz.

¿Cómo te regeneras?

Por Kris Bitar

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