(O rutina de media tarde, no juzgamos)

Si bien no existe base científica para el uso de ninguna piedra en el cuidado de la piel, sabemos que los rodillos faciales son excelentes para desinflamar el rostro por la mañana y que un masaje con gua sha puede reducir la flacidez y las arrugas. Ambos son efectivos para mejorar la circulación y estimular la microcirculación. La obsidiana tiene propiedades limpiadoras que complementan estos rituales para eliminar impurezas y puede ayudar con la digestión y la vesícula biliar.

Usar la obsidiana específicamente es un excelente momento para practicar la atención plena y revitalizar tu piel. La obsidiana es una de las piedras más citadas para fortalecer el chakra raíz. El primer chakra, y posiblemente el más importante, se ubica desde la base de la columna vertebral, a través del suelo pélvico, hasta la tercera vértebra. El chakra raíz es lo que te conecta con la tierra y te hace sentir seguro. Equilibrar este chakra es el primer paso para equilibrar los demás; si no te sientes seguro, no puedes crecer.

Esto es especialmente útil por la mañana. Tómate unos minutos (ni siquiera tiene que ser un minuto completo), cierra los ojos y siente la piedra fría en la cara. Presta atención a las zonas de tu rostro que ceden un poco y a los puntos donde la piedra roza huesos inflexibles. Recuerda que una no puede existir sin la otra. Deja que las cualidades protectoras de la obsidiana te cubran como un manto y te prepare para el día que comienza.

En la práctica, tanto el rodillo como el masaje gua sha funcionan para desinflamar la cara, especialmente si los guardas en el refrigerador o el congelador durante la noche. Así que, si sueles despertarte con los ojos hinchados, tienes alergias que te hacen sentir un poco irritable o incluso necesitas llorar un poco, un rodillo facial de obsidiana o un masaje rápido con gua sha pueden ayudarte a verte bien. Y sus propiedades metafísicas pueden ayudarte a sentirte bien.

Ahora bien, hay un uso más para un rodillo facial que prácticamente no tiene nada que ver con lo espiritual; sin embargo, es un salvavidas total. Con un poco más de fuerza de la habitual, pasarlo por debajo de los ojos y alrededor de los pómulos es una de las maneras más efectivas de despejar la nariz, y es mucho más discreto que sonarse la nariz en el trabajo o la escuela.